The Power of Judging – or how to distinguish ‘indifference’ in Kant and Arendt. Some critical notes on the structure of activities

Resumen

***El Poder del Juzgar – o cómo distinguir ‘Indiferencia’ en Kant y Arendt. Algunas notas críticas sobre la estructura de las actividades***

Uno de los escenarios más horrendos en la ética – más que la inmoralidad o la amoralidad – es la indiferencia moral. El trabajo final de Arendt, La Vida del Espíritu, muestra una faceta diferente de la “indiferencia” y la ve como un componente vital del juicio y de la reflexión. El artículo aborda esta comprensión de la indiferencia. Arendt se basa en la Tercera Crítica de Immanuel Kant, donde la emoción y la experiencia son consideradas constitutivas, en contraste con las Críticas anteriores, la primera de las cuales trata de la función lógica de juzgar y la segunda, del juicio moral. En este sentido – el background arendiano para el juzgar pertenece a la estética más que a la ética- es la libertad del juicio estético la que garantiza su potencial ético. En el trabajo de Arendt, el juicio es la base indiscutible de su pensamiento. Además de los dos tipos convencionales de juicio de Kant – determinativo y reflexivo –, el presenta una tercera manera de juzgar en su Crítica del Juicio. Sólo este tercer juicio estético reflexivo subjetivo (subjektiv ästhetisch-reflektierendes Urteil) tiene el potencial de lo que Kant llama la “rehabilitación de la emoción”. Este tercer tipo de juicio demostraría que aquí Kant combina una forma de indiferencia y la idea del juzgar prototipo, dando a la indiferencia un aspecto positivo, y sólo esta tercera forma constituye la base de las ideas generales de Arendt sobre el juzgar. De hecho, el pensamiento de Kant podría interpretarse no sólo como tres formas diferentes de pensar, a las que se refiere con el término Denkungsart, sino como tres maneras diferentes de entender el mundo, por lo que es de particular interés para Arendt en términos de lo que ella llama mundanidad. La diversidad del juzgar elaborada en la Tercera Crítica de Kant es una expresión existencial de la capacidad humana para lo que se conoce como Haltung en la lengua alemana y en cualquier otra lengua sólo se traduce fragmentariamente en “postura”, “hábito” o “actitud”. No es simplemente la capacidad de adoptar un determinado Haltung, sino también de cambiarlo.